Tenebrae
La luna, con su atento y glacial Ojo,
observa el crudo invierno entronizado,
vasto y pálido sobre la tierra yerma;
la noche se agita en translúcidos azules;
el viento, en súbita presencia, nos apuñala.
A lo lejos, sobre el orizonte, danzan
los ondulantes senderos del hielo;
se los ve a la distancia, perforando el llano,
y las Estrellas de Oro, suspendidas en el eter,
siepre más alto en la oscuridad,
desgarran cruelmente el zul del cielo.
Los campesinos tiemblan en las planicies de Flandes,
cerca de los brezos, de los antiguos ríos,
y de los grandes bosques:
entre dos lívidos infinitos, estremeciéndose de frío,
agrupándose junto a las viejas chimeneas,
removiendo las cansadas cenizas.
Emile Verhaeren.
Traducción de Enrique Díez Canedo
Imagen:https://www.blogger.com/
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