El vino
Del
gran cantoautor y poeta argentino, Alberto Cortez, el siguiente poema sobre el
vino.
“¡Qué
lindo es el vino!”, dice el poeta, pero como en todo, es preciso saber cómo y
en qué medida:
Si
señor, si señor, el vino puede sacar cosas que el hombre se calla
Que
deberían salir cuando el hombre bebe agua.
Va
buscando pecho adentro, por los silencios del alma
Y
los va poniendo voces, y los va haciendo palabras.
A
veces, saca una pena, que por ser pena es amarga,
Sobre
su palco de fuego, la pone a bailar descalza.
Baila,
y bailando se crece... hasta que le vino se acaba.
Entonces,
vuelve la pena a ser silencio del alma.
Si
señor, el vino puede sacar cosas que el
hombre se calla
Cosas
que hieren por dentro, cosas que pudren el alma
De
los que bajan los ojos, y que esconden la mirada.
Libera
entonces el vino, la valentía encerrada
Y
los disfraza de machos, como por arte de
magia.
Entonces
son... ¡bravucones! hasta que el vino se acaba
Pues
del matón al cobarde, solo media, la resaca.
Si
señor, si señor, el vino puede sacar cosas que el hombre se calla
Cambia
el prisma de las cosas, cuando más les hace falta
A
los que llevan sus culpas como una cruz a la espalda.
La
impura, se siente pura, como cuando era muchacha
Y
el astado, regatea la medida de su drama.
Y,
los tiñe de colores de castidad simulada
Pues
siempre acaban el vino los dos en la misma cama.
Pero...
¡que lindo es el vino!, el que se bebe en la casa
Del
que esta limpio por dentro y tiene brillando el alma
Que
nunca le tiembla el pulso, cuando pulsa una guitarra
Y
no le faltan amigos, ni noches para gastarlas
Que
cuando tiene una culpa, siempre se nota
en su cara
Que
bebe el vino por vino, y bebe el agua...
¡por agua!
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