lunes, 29 de abril de 2024

Ite, Missa est

Yo adoro a una sonámbula con alma de Eloísa,

virgen como la nieve y honda como la mar;

su espíritu es la hostia de mi amorosa misa,

y alzo al son de una dulce lira crepuscular.

 

Ojos de evocadora, gesto de profetisa,

en ella hay la sagrada frecuencia del altar;

su risa es la sonrisa suave de Monna Lisa;

sus labios son los únicos labios para besar.

 

Y he de besarla un día con rojo beso ardiente;

apoyada en mi brazo como convaleciente,

me mirará asombrado con íntimo pavor;

 

la enamorada esfinge quedara estupefacta;

apagaré la llama de la vestal intacta

¡y la faunesa antigua me rugirá de amor!

Rubén Darío

Imagen:https://www.blogger.com/

martes, 23 de abril de 2024

 Canción de la muerte

Débil  mortal no  te asuste

mi oscuridad ni mi nombre;

en mi seno encuentra el hombre

un término a su pesar.

Yo, compasiva, te ofrezco

lejos del mundo un asilo,

donde a mi sombra tranquilo

para siempre duerma en paz.

 

Isla yo soy del reposo

 en medio el mar de la vida,

y el marinero allí olvida

la tormenta que pasó;

allí convidan al sueño

aguas puras sin murmullo,

allí se duerme al arrullo

de una brisa sin rumor.

 

Soy melancólico sauce

que su ramaje doliente

inclina sobre la frente

que arrugara el padecer,

y duerme al hombre, y sus sienes

con fresco jugo rocía

mientras el ala sombría

bate el olvido  sobre él.

 

Soy la virgen misteriosa

de los últimos amores,

y ofrezco un lecho de flores,

sin espina ni dolor,

y amante doy mi cariño

sin vanidad ni falsía:

no doy placer ni alegría,

mas es eterno mi amor.

 

En mí la ciencia enmudece,

en mí concluye la duda

y árida, clara, desnuda,

enseño yo la verdad;

y de la vida y la muerte

al sabio muestro el arcano

cuando al fin abre mi mano

la puerta a la eternidad.

 

Ven y tu ardiente cabeza

entre mis manos reposa;

tu sueño, madre amorosa,

eterno regalaré;

ven y yace para siempre

en blanca cama mullida,

donde el silencio convida

al reposo y al no ser.

 

Deja que inquieten al hombre

que loco al mundo se lanza,

mentiras de la esperanza

recuerdos del bien que huyó;

mentiras son sus amores,

mentiras son sus victorias,

y son mentiras sus glorias,

y mentira su ilusión.

 

Cierre mi mano piadosa

tus ojos al blanco sueño,

y empape suave beleño

tus lágrimas de dolor.

Yo calmaré tu quebranto

y tus dolientes gemidos,

apagando los latidos

de tu herido corazón.

José Espronceda

Imagen:https://www.bloggr.com/

miércoles, 17 de abril de 2024

Olim lacus colueram

Olim lacus colueram

olim pulcher exstiteram.

Miser, miser!

modo niger

et ustus fortiter!

Girat, regirat garcifer,

me rogus unit fortiter,

propinat me nunc dapiter.

Miser, miser!

modo niger

et ustus fortiter!

Nunc in scutella iaceo,

et volitare nequeo

dentes frendentes video.

Miser, miser!

modo niger

et ustus fortiter!

(Carmina Burana)

Érase un lago

(Traducción)

Érase un lago,

en otro tiempo había sido hermosa.

¡Miserable, miserable!

Sólo negro

y asado vigorosamente.

El garcifer gira y regirá,

la pira me une violentamente.

Me está llamando ahora.

¡Miserable, miserable!

Sólo negro

y asado vigorosamente.

Ahora estoy en un plato

y no puedo volar,

veo rechinar de dientes.

¡Miserable, miserable!

Sólo negro

y asado vigorosamente.

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jueves, 11 de abril de 2024

Invictus

En la noche que me envuelve,

negra, como un pozo insondable,

le doy gracias al dios que fuere,

por mi alma inconquistable.


En las garras de las circunstancias,

no he gemido, ni he llorado.

Bajo los golpes del destino,

mi cabeza ensangrentada jamás se ha postrado.

 

Más allá de este lugar de ira y llantos,

acecha la oscuridad con su horror.

Y sin embargo la amenaza de los años me halla,

y me hallará sin temor.

 

Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino,

ni cuántos castigos lleve mi espalda,

soy el amo de mi destino,

soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley

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viernes, 5 de abril de 2024

Recuerda

Recuérdame cuando haya marchado lejos,

muy  lejos, hacia la tierra silenciosa;

cuando mi mano ya no puedas sostener,

ni yo, dudando en partir, quiera todavía permanecer.

Recuérdame cuando no haya más lo cotidiano,

donde me revelabas nuestro futuro planeado;

sólo recuérdame, bien lo sabes,

cuando sea tarde para los consuelos, las plegarias.

 

Y aunque debas olvidarme por un momento

para luego recordarme, no lo lamentes:

pues la oscuridad y la corrupción dejan

un vestigio de los pensamientos que tuve;

es mejor que me olvides y sonrías

a que debas recordarme en la tristeza.

Cristina Georgina Rossetti

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