haiku

Hierro rusiente,
ha marcado tu sello
mi carne virgen.

El mensaje de tus ojos

Tus ojos tienen un brillo especial
cuando ellos hablan y tu boca calla,
mis ojos tienen oídos para escuchar,
¡no muevas tus labios!
¡no me dejarás oír su mensaje!
¡es tan bella su voz, tan dulce, suave…!
mantente en silencio,
permíteles que hablen,
que me cuenten tus temores
que me digan tus secretos
que se refugien en mi amor
que por ti será eterno.
No te esfuerces en hablar
mientras yo converso
con tus amados ojos negros.

Estrellafugaz.

No quieras

Todo, a veces, se empeña desde fuera,
cosas y personas,
en que hagas del corazón
un rompeolas.

No quieras.

Nunca el amor infinito del agua
te bañará,
aunque estés salpicada
de espuma blanca.

Canta Gilda

La hermosa y delicada Gilda, hija de Rigoletto, el bufón contrahecho, ha sido engañosamente seducida por el libertino Duque de Mantua. Enamorada, repite el falso nombre del Duque.

Oigámosla cantar en la voz de Sumi Jo.

Contigo (fragmento)

Cuando te tengo y me tienes

somos la eterna pareja,

somos la forma indivisa,

somos isla en las tinieblas.

Cuando navego fundido

por tu espesada indolencia,

cuando, abrazándote, encuentro

la redondez del planeta,

somos a muerte la vida

que en mí tiembla, que tú encieras.

Allá fuera queda el mundo

con sus relojes a vueltas,

sus faroles alienados,

sus timbres siempre de urgencia.

Aquí dentro, tú y yo juntos

completamos la conciencia.

Gabriel Celaya