miércoles, 27 de abril de 2022

El Rey por mucho madruga

 

El Rey por mucho madruga

onde la reina iva.

A la reina topó en cavellos

peinándose sus destrensados;

con espejo de oro en su mano,

mirándose su bel (lado) galano.

 

El Rey por burlas con ella

le apretó el lado.

-Estate, estate, Angelino,

¡el primer enamorado!

Dos hijos tengo tuyos

y dos del rey se hacen cuatro.

Los del Rey hecho en la cama,

los tiuyos al mi lado;

los del Rey subo con mula,

los tuyos en el mijor cavallo;

los del Rey mando a la guerra,

os tuyos al mijor paseo.

 

Esto que boltó la cara

vido el Rey a su lado.

 -¡Perdón, perdón, Siñor Rey!

¡Que un sueño me he soñado!

–Este asunto la mi Siñora

¡en bueno te lo he soltado!

Espera que amanezca el día

te cortaré un suyo blanco.

 

Y amaneció el día.

La cabeza le ha cortado.

(Canción Judeo-sefardí)

miércoles, 20 de abril de 2022

El baile de los ahorcados

 

En la horca negra bailan, amable manco,

bailan los paladines,

los descarnados danzarines del diablo;

danzan que danzan sin fin

los esqueletos de Saladín.

 

¡Monseñor Belzebú tira de la corbata

de sus títeres negros, que al cielo gesticulan,

y al darles en la frente un buen zapatillazo

les obliga a bailar ritmos de villancico!

 

Sorprendidos, los títeres, juntan sus brazos gráciles;

como un órgano negro, los pechos horadados,

que antaño damiselas gentiles abrazaban,

se rozan y entrechocan, en espantoso amor.

 

¡Hurra!, alegres danzantes que perdisteis la panza,

trenzad vuestras cabriolas pues el tablao es amplo.

¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla!

¡Furioso Belzebú rasga sus violines!

 

¡Rudos talones, nunca su sandalia se gasta!

Todos se han despojado de su sayo de piel;

lo que queda ni asusta y se ve sin escándalo,

En sus cráneos, la nieve ha puesto un blanco gorro.

 

El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas;

cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla;

parecen, cuando gritan en sombrías refriegas,

rígidos paladines, con bardas de cartón.

 

¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!

¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!

Y responden los lobos desde bosques morados;

rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno.

 

¡Zarandéame a estos fúnebres capitanes

que desgranan, ladinos, con largos dedos rotos,

un rosario de amor por sus pálidas vértebras;

¡difuntos, que no estamos aquí en un monasterio!

 

Y de pronto, en el centro de esta danza macabra

brinca hacia el cielo rojo, loco, un gran esqueleto,

llevado por el ímpetu, cual corcel se encabrita

y, al sentir en el cuello la cuerda tiesa aún,

 

crispa sus cortos dedos contra un fémur que cruje

con gritos que recuerdan atroces carcajadas,

y, como un saltimbanqui se agita en su caseta,

vuelve a iniciar su baile al son de la osamenta.

 

En la horca negra bailan, amable manco,

bailan los paladines,

los descarnados danzarines del diablo;

danzan que danzan sin fin

los esqueletos de Saladín.

Arthur Rimbaud

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miércoles, 13 de abril de 2022

La galanica


-Abaxéx abaxo, galanica gentil.  

Disidne sinestáx sola, vos iré a servir.

– No puedo mi novio, que me está peinando.

-¡Peine de marfil, cavello de bril!

 

Mandadme al muchacho que me venga a avrir.

La pava, la pava, por aquel monte.

El pavón es roxo, bien le responde.

Se toman mano con mano, ya se van a pasear.

Debaxo de un rosal vedre solombra de toronjal.

 

Todo mos séa el buen simán,

dio mos cumpla la alegría.

Alegrarme yo con vos,

más alegrarme yo con vos.

 

Escalera le hizo de oro y de marfil

para que suva esta novia a dar queduxim.

Esaclara le hizo de oro y metal.

Para que suva esta novia a dar barahá.

Por donde la llevaiax que me alegraré.

 

La pava, la pava, por aquel monte.

El pavón es roxo, bien le responde.

Se toman mano con mano, ya se van a pasear.

Debaxo de un rosal vedre solombra de toronjal.

 

Todo mos séa el buen simán,

dio mos cumpla la alegría.

La novia lleva la flor,

el novio lleva lo mejor.

(Canción judeo-sefardí)

Imagen:https://www.blogger.com/

miércoles, 6 de abril de 2022

La Danza de la muerte

El guardián miró hacia abajo en el medio de la noche:

sobre las tumbas que yacían dispersas allí,

con su luz plateada la luna llenaba el espacio,

y la iglesia como el día parecía brillar,

entonces vio rimero una tumba y luego otra que se abría,

y hombres y mueres fueron vistos al avanzar,

envueltos en pálidas y níveas mortajas.

 

Apurados por correr pronto doblaron los tobillos,

girando en rondas y danzas tan alegres,

el joven y el viejo, el rico y los pobres.

Pero las mortajas les molestaban,

y como la modestia no puede perturbarlos,

se sacudieron, y pronto aparecieron los sudarios

dispersos y confusos sobre las tumbas.

 

Entonces agitaron las piernas, estremecieron los muslos, 

mientras la tropa con extraños gestos avanzaba,

los gritos y clamores se elevaron alto,

hasta que el tiempo y la danza marcaron el mismo ritmo.

La vista del guardián parecía abrumada de maravillas, 

cuando el villano Tentador le habló así al oído:

aprovecha una de las mortajas que allí yacen.

 

Rápido como el pensamiento la tomó y huyó

detrás del portal de la capilla a toda velocidad;

la luna seguía derramando su blanquecina luz

sobre la danza que temerariamente se desarrollaba.

Pero los bailarines se fueron retirando uno a uno,

y sus mortajas, mientras se desvanecían, reposaron,

y bajo el césped todo estaba tranquilo.

 

Pero uno de ellos tropieza y queda tendido allí,

e intenta alcanzar el sepulcro con desesperación;

sin embargo, sus camaradas lo ignoraban,

y él percibió el aroma del sudario en el aire.

Así que agitó la puerta, pues el guardián se protegía,

para repeler al enemigo, bajo el bendito peso

de las cruces de metal.

 

El sudario debe conseguir, pues sin él no hay descanso, 

permaneció unos instantes reflexionando

sobre los ornamentos góticos que el espectro ansiaba,

¡Pobre guardián! ¡Su destino está sellado!

Como una larga y espantosa araña, en súbito andar,

así avanzaba el pérfido y espantoso gusano.

 

El guardián tembló, y la palidez lo sobrecogió:

mientras el fantasma buscaba su sombría mortaja,

cuando al final (ahora nada puede salvarlo)

en un diente de hierro fue capturado,

cuando el luctuoso brillo de la luna se apagaba,

cuando sonoro estalló el trueno de la campana,  

desvaneciendo el esqueleto deshecho en átomos.

Johgann Wolfgang Von Goete

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