domingo, 30 de septiembre de 2018



El Zéjel

Es una composición poética de origen árabe formada por versos octosílabos, según el siguiente esquema: un “estribillo” generalmente de dos versos y la “mudanza”, consistente en tres versos monorrimos y uno “de vuelta” que rima con el estribillo (aabbba).
Ejemplo:

Estribillo:
a)  Dicen que me case yo
a)  no quiero marido, no.

Mudanza:
b)  Más quiero vivir segura
b)  n’esta sirra a mi soltura
b)  que no estar en ventura
a)  si casaré bien o no (verso de vuelta)

Gil Vicente

Este mismo esquema se puede repetir indefinidamente.

Resultado de imagen de El Zéjel
Imagen:https://www.google.com

martes, 25 de septiembre de 2018



Es una tierra 
(Poema adivinanza)

Es una tierra
algo especial:
de suaves montañas,
con gentes tranquilas,
que hablan muy dulce
y pasean en rías.
Su cielo se nubla
y empieza a llover.
Sus puestas de sol
son dignas de ver.
En los prados verdes,
pastean las vacas,
muy cerca de aldeas,
de aldeas aisladas.
En bellas ciudades,
hay piedras tan viejas
que cuentan historias,
historias de meigas.
Si sus habitantes
emigran un día,
se sienten poblados
de dulce “morriña”.
En este lugar
nació Rosalía
en noche de invierno
y lluvia muy fría.

Luz del Olmo

Resultado de imagen de Paisajes de Galicia con vacas

Imagen:https://www.google.com

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Dos poemas a Castilla


Dos poemas a Castilla

Han sido innumerables los escritores y poetas que escribieron a Castilla. Me ha parecido oportuno, para terminar, traer estos dos últimos poemas.
En el de María del Carmen Gutiérrez Herrero, se descubre la admiración que produce en el alma de la autora la aspereza y sobriedad de sus paisajes, la desnudez de sus pueblos y la lucha de sus gentes por sobrevivir a una historia que sus antepasados cargaron de gloria.
En el suyo, Garcíasol nos muestra una Castilla llena de imágenes sensoriales. Una mezcla lírica de olores, sabores, sombras, luces y colores…Todo ello en la paz de la extensa meseta y en el silencio sólo interrumpido por el contrapunto del trino de los pájaros, la suave corriente del río o la canción del agricultor cuando siembra y recoge sus cosechas.
………….

Castilla

La tierra se ondula ante mí
en un hermoso tapiz de ocres
tejido entre verdes
atado a pinares
de vastas copas frondosas.
Y, a mis pies, se despliega
la inmensidad de una llanura
incomprendida y denostada,
que sólo buscó ser recorrida
por los versos del poeta.

Pocos entienden los ojos
que, como los míos,
te aceptan al contemplarte;
porque, aquí, mi mirada
se pierde
y puede ver aún el más allá.
Aquí donde no hay montañas
que se topen con el horizonte,
sé que allí
donde cielo y tierra se juntan
se encuentra mi frontera.

Y, en todo tu recorrido
te apareces áspera y desnuda
igual que tus pueblos
jalonados de historia.
Tú, que pariste hazañas,
pocos encontraste en el orbe
capaces de poder sostener
tu inconmensurable mirada.
Tú que levantaste al mundo
buscas fuerzas hoy
en la gesta de alzarte a ti misma…

Y, sin adornos ni ornamentos,
yo te alabo así: minimalista.
Porque poco te basta
para tenerlo todo.
Quien no te aprecie,
Castilla,
no sabrá comprender nunca
el verdadero misterio que se encierra
en las cosas más sencillas.

María del Carmen Gutiérrez Herrero

Imagen relacionada


Canción del Silencio de Castilla

A cortar silencio, esposa.
Está Castilla crecida
de silencio y sonorosa
paz, oreo por la herida

melancólica. Qué olores
tiene el campo que amanece.
Alamillos reidores
con el viento que les mece

están cribando en sus hojas
sol y sombra por el suelo.
Coge silencio sin duelo,
que se viertan las congojas.

Huele el campo que alimenta
de serenidad, y canta
un sabor en la garganta
que va de romero a menta.

Disuelve el terrón reseco,
silencio, y dale a la tierra
arada. Rellena el hueco
de sombra con luz de sierra,

y ponme a cantar a coro
con el color de la jara,
con el arbolillo de oro
-cuatro hojicas en la vara-,

con el arroyo serrano
y el pájaro que gotea
uvas de armonía. Sea
grano de trigo en verano

y buche de agua marcera,
y carmín en el poniente,
sagrada sombra de higuera
y diamante en el relente.

Fúndeme a tu ritmo eterno,
silencio del campo mío.
El pensamiento hace invierno
y metafísico frío.

Corta la invisible rosa.
Está crecida Castilla
de silencio para trilla
de corazones, esposa.

Ramón de Garcíasol

Resultado de imagen de poema Castilla
Imágenes:https://www.google.com

jueves, 13 de septiembre de 2018

A Castilla

Tú me levantas, tierra de Castilla,
en la rugosa palma de tu mano,
al cielo que te enciende y te refresca,
al cielo, tu amo,

Tierra nervuda, enjuta, despejada,
madre de corazones y de brazos,
toma el presente en ti viejos colores
del noble antaño.

Con la pradera cóncava del cielo
lindan en torno tus desnudos campos,
tiene en ti cuna el sol y en ti sepulcro
y en ti santuario.

Es todo cima tu extensión redonda
y en ti me siento al cielo levantado,
aire de cumbre es el que se respira
aquí, en tus páramos.

¡Ara gigante, tierra castellana,
a ese tu aire soltaré mis cantos,
si te son dignos bajarán al mundo
desde lo alto!

Miguel de Unamuno

Resultado de imagen de a castilla unamuno
 Imagen:https://www.google.com

Son numerosos los autores a quienes Castilla ha inspirado.
Unamuno la concibe como un inmenso altar, una llanura interminable que se pierde en el horizonte del cielo y donde el sol se complace en nacer y morir. En esta meseta adusta, enjuta y madre se siente el poeta levantado hacia el cielo con deseos de espiritualizarse.

Utiliza una especie de estrofa de pie quebrado de cuatro versos, con rima asonante en los pares. Los tres primeros versos son endecasílabos y pentasílabo el cuarto.







viernes, 7 de septiembre de 2018



Castilla

El ciego sol se estrella
en las duras aristas de las armas,
llaga de luz los petos y espaldares
y flamea en las puntas de las lanzas.

El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos,
—polvo, sudor y hierro— el Cid cabalga.

Cerrado está el mesón a piedra y lodo...
Nadie responde. Al pomo de la espada
y al cuento de las picas, el postigo
va a ceder... ¡Quema el sol, el aire abrasa!

A los terribles golpes,
de eco ronco, una voz pura, de plata
y de cristal, responde... Hay una niña
muy débil y muy blanca,
en el umbral. Es toda
ojos azules; y en los ojos, lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita curiosa y asustada.

«¡Buen Cid! Pasad... El rey nos dará muerte,
arruinará la casa
y sembrará de sal el pobre campo
que mi padre trabaja...
Idos. El Cielo os colme de venturas...
En nuestro mal, ioh Cid!, no ganáis nada».

Calla la niña y llora sin gemido...
Un sollozo infantil cruza la escuadra
de feroces guerreros,
y una voz inflexible grita: «¡En marcha!»

El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos
—polvo, sudor y hierro—, el Cid cabalga.

Manuel Machado

 Resultado de imagen de Castilla poema de Manuel Machado

Castilla

Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, oscuros encinares,
ariscos pedregales, calvas sierras,
caminos blancos y álamos del río,
tardes de Soria mística y guerrera,
hoy siento por vosotros en el fondo
del corazón, tristeza,
tristeza que es amor! ¡Campos de Soria
donde parece que las rocas sueñan,
conmigo vais! ¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas!...

He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria –barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra–.
Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.
¡Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!

¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soria,
tardes tranquilas, montes de violeta,
alamedas del río, verde sueño
del suelo gris y de la parda tierra,
agria melancolía
de la ciudad decrépita,
me habéis llegado al alma,
¿o acaso estabais en el fondo de ella?
¡Gentes del alto llano numantino
que a Dios guardáis como cristianas viejas
que el sol de España os llene
de alegría, de luz y de riqueza!

Antonio Machado


 Resultado de imagen de Castilla poema de Antonio Machado

En el poema de Manuel Machado, Castila aparece como escenario del destierro del Cid. En el poema de su hermano Antonio, se nos muestra Castilla como paisaje y como objeto del amor del poeta.
Antonio Machado nos describe un paisaje duro y áspero, el que corresponde a Soria y sus alrededores, pero es un paisaje querido y posteriormente añorado. Dice de él expresamente: “conmigo vais, mi corazón os lleva”. De todos es sabido que pasó años como docente en el Instituto de dicha ciudad y que allí conoció al gran amor de su vida, la joven Leonor, con quien se casó. Sólo después de la muerte de su esposa, deprimido, se trasladó a Baeza, dejando Castilla.
La estructura de ambos poemas es una combinación de versos endecasílabos y heptasílabos con rima asonante (a-a) y (e-a) respectivamente en los pares.

Resultado de imagen de Antonio y Manuel Machado
Imágenes:https://www.google.com