¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
Es la existencia un cielo,
cuando el alma soñando embelesada,
con amoroso anhelo,
en los ángeles fija su mirada.
¡Feliz el alma que a la tierra olvida
para vivir gozando!
¡Quién pudiera olvidarse de la vida!
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
En esa triste y mísera morada
es un sueño engañoso la alegría;
la gloria es humo y nada
y el mas ardiente amor gloria de un
día.
Afán eterno al corazón destroza
cuando los sueños ‘ay! nos van
dejando.
Sólo el que sueña goza.
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
De su misión se olvidan las mujeres,
los hombres viven en perpetua guerra;
no hay amistad, ni dicha, ni placeres;
todo es mentira ya sobre la tierra.
Suspira el corazón inútilmente…
la existencia que voy atravesando
es hermosa entres sueños solamente.
¡Quien pudiera vivir siempre soñando!
Sin mirar el semblante a la tristeza,
pasé de la niñez a la dulce aurora,
contemplando entre sueños la belleza
de ardiente juventud fascinadora.
Pero ¡ay! se disipó mi sueño hermoso,
y desde entonces siempre estoy
llorando
porque sólo el que sueña es venturoso.
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
José Rosas Moreno
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