De profundis
¿Por qué el cielo
se alza distante?
¿Por qué la tierra
cuelga lejana?
Ajena tiempbla
la estrella,
brillando opaca,
constante.
No me importa alcanzar
la luna,
un círculo de
monótona sinfonía;
repitiendo incansable
la misma melodía.
Lejos de mí, de
mi ternura.
Yo nunca contemplo
el fuego disperso
de las estrellas,
o del sol su ardiente sendero.
Todo mi corazón
conjuga un solo deseo,
un vano sentimiento
reseco.
Pues atada yazgo
bajo la trémula lanza,
alegría, belleza,
danzan lejos de mi alcance.
Comprimo mi corazón,
estiro mi romance,
y temblorosa acaricio la esperanza.
Cristina Rosetti
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