sábado, 21 de enero de 2023

Quia multum amavi

Querido corazón, 

creo que el joven y apasionado sacerdote, 

al sacar por primera vez a su Dios, 

prisionero en la Eucaristía, de su santuario escondido, 

y comer el pan, y beber el terrible vino,

no sintió un asombro tan horrible como el mío,

cuando mis ojos se encontraron con los tuyos,

y toda la noche, antes de caer de rodillas, en un murmullo,

por fin te cansaste de mi idolatría.

 

¡Ah! Si menos te hubiera gustado, si más me hubieras amado,

en aquellos días de lluvia, alegría y verano,

no habría sido heredero del sufrimiento

ni un lacayo en la casa del dolor.

 

Y aún así, a pesar de que el remordimiento,

pálido senescal de la juventud,

me aceche los talones con su multitud,

me siento feliz de haberte amado: ¡piensa en todos los soles

que se han transformado en una verónica azul!

Oscar Wilde

Imagen:https://www.blogger.com/

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