La vigilia
Frente a la mar rompiente
frente a la noche incierta
mirando al horizonte y esperando
que aparezca la aurora
es cuando el hombre escucha
el siseo silencioso de este vasto
domino que no le pertenece y le
descubre
toda su pequeñez y su grandeza
sobre acantilados enigmáticos
proas imaginarias barcos perpetuos
y con el viento ajustándose a su
cuerpo
contempla
sabe
que nada ha de cambiar cuando él se
haya ido
el agua seguirá chocando dura y blanda
a la vez
con la robusta roca de aristas vivas
que no logran herirla
más al contrario ella
irá pulverizando milímetro a ilímetro al duro
mineral
orgulloso muro escarpado que ostenta
cicatrices
y oquedades.
(…)
Juan Carlos Gómez Rodríguez
Imagen:https://www.blogger.com/
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