viernes, 24 de junio de 2022

El canto de Aengus el Errante

 

Fui al bosque de  avellanos 

porque sentía un fuego en mi cabeza

y corté y pelé una rama de avellano,

y enganché una baya en el hilo;

 y mientras volaban las polillas blancas,

y estrellas como polillas brillaban,

solté la baya en el arroyo

y atrapé una pequeña trucha dorada.

 

Cuando la hube dejado en el suelo,

fui a avivar las lenguas de fuego,

pero algo susurró en el suelo,

y alguien me llamó por mi nombre:

 se había convertido en un joven de sutil resplandor

con flores de manzano en su cabello

que me llamó por mi nombre y corrió

y se desvaneció en el claro aire.

 

Aunque ya estoy viejo de vagar

por tierras lejanas y tierras montañosas,

descubriré dónde se ha ido,

y besaré sus labios y tomaré sus manos;

y caminaré por la larga hierba de colores,

y aferraré hasta el fin de los tiempos

las plateadas manzanas de la luna,

las doradas manzanas del sol.

William Butler Yeats
Imagen:https://www.blogger.com/

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