martes, 1 de enero de 2019


Bécquer 

He aquí el inquietante tema de los sueños y la realidad, Suelo darle vueltas a este tema, al que, en mis elucubraciones,  llamo de “La frontera”.
Bécquer equipara el mundo de los sueños y el de la realidad e incluso los confunde, no por oscuridad sino por luz: ambos mundos son coincidentes.
La realidad para él es anterior a cuanto le rodea, en un  sentido de un nuevo platonismo. Aquí encontramos el sentido de los dos últimos versos: “pero sé que conozco a muchas gentes/ a quienes no conozco.” En su relato “Tres fechas” dice, incidiendo en esta idea; “Yo conocía a aquella mujer: no la había visto nunca, pero la conocía de haberla contemplado en sueños…”

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 RIMA LXXV

¿Será verdad que cuando toca el sueño
con sus dedos de rosa nuestros ojos,
de la cárcel que habita huye el espíritu
en vuelo presuroso?

¿Será verdad que, huésped de las nieblas,
de la brisa nocturna al tenue soplo,
alado sube a la región vacía
a encontrarse con otros?

¿Y allí desnudo de la humana forma,
allí los lazos terrenales rotos,
breves horas habita de la idea
el mundo silencioso?

¿Y ríe y llora y aborrece y ama
y guarda un rastro del dolor y el gozo,
semejante al que deja cuando cruza
el cielo un meteoro?

Yo no sé si ese mundo de visiones
vive fuera o va dentro de nosotros:
pero sé que conozco a muchas gentes
a quienes no conozco.


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