Frenesí
Volaba.
Su cuerpo se abre como se abren los
capullos
de las rosas al alba
abrazando los rayos solares que
penetran sus poros,
bebiendo del rocío que se desliza por
sus pétalos,
dejándose cariciar e invadir por las
vibraciones
de las notas del acordeón.
Los latidos del corazón se acompasan
con el ritmo, tímidamente en un
inicio.
en completo frenesí después.
Los ojos cerrados.
El tiempo se paraliza.
Sólo ella, el acordeón y su corazón.
Alba
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