jueves, 30 de julio de 2020

Noche serena

 

Cuando contemplo el cielo

de innumerables luces adornado,

y miro hacia el suelo,

 de noche rodeado,

en sueño y en olvido sepultado,

 

el amor y la pena

despiertan en mi pecho un ansia ardiente;

despiden larga vena

los ojos hechos fuente; 

la lengua dice al fin con voz doliente:

 

Morada de grandeza,

templo de claridad y hermosura,

mi alma que a tu alteza

nació, ¿qué desventura

la tiene en esta cárcel baja, oscura?

 

¿Qué mortal desatino

de la verdad aleja así el sentido,

que de tu bien divino

olvidado, perdido

sigue la vana sombra, el bien fingido?

 

El hombre está entregado

al sueño, de su suerte no cuidado,

y con paso callado

el cielo vueltas dando

las horas del vivir le va hurtando.

 

 ¡Ay! despertad, mortales;

mirad con atención en vuestro daño;

¿Las armas inmortales

hechas a bien tamaño

podrán vivir de sombra y sólo engaño?

 

¡Ay! levantad los ojos

a aquesta celestial eterna esfera,

burlaréis los antojos

de aquesa lisonjera

vida, con cuanto tiene y cuanto espera.

 

¿Es más que un breve punto

el bajo y torpe suelo, comparado

a aqueste gran trasunto,

do vive mejorado

lo que es, lo que será, lo que ha pasado?

 

Quien mira el gran concierto

de aquestos resplandores eternales,

su movimiento cierto,

sus pasos desiguales,

y en proporción concorde tan iguales; 

 

La luna cómo mueve

la plateada rueda, y va en pos de ella

la luz do el saber llueve,

y la graciosa estrella

de amor la sigue reluciente y bella;

 

Y cómo otro camino

prosigue el sanguinoso Marte airado,

y el Júpiter benigno

de bienes mil cercado

serena el cielo con su rayo amado;

 

Rodéase en la cumbre

Saturno, padre de los siglos de oro,

tras él la muchedumbre

del reluciente coro

su voz va repartiendo y su tesoro.

 

¿Quién es el que esto mira,

y precia la bajeza de la tierra,

y no gime y suspira

por romper lo que encierra

el alma, y de estos bienes la destierra?

 

Aquí vive el contento,

aquí reina la paz: aquí asentado

en rico y alto asiento

está el amor sagrado

de honra y de deleites rodeado.

 

Inmensa hermosura

aquí se muestra toda; y resplandece

clarísima luz pura,

que jamás anochece;

eterna primavera aquí florece.

 

¡Oh campos verdaderos!

¡Oh prados con verdad frescos y amenos!

¡riquísimos mineros!

¡Oh deleitosos senos!

¡repuestos valles de mil bienes llenos!

 

Fray Luis de León

El sabio pueblo: FRAY LUIS DE LEÓN ESCRIBE NOCHE SERENA

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