A
Castilla
Tú
me levantas, tierra de Castilla,
en
la rugosa palma de tu mano,
al
cielo que te enciende y te refresca,
al
cielo, tu amo,
Tierra
nervuda, enjuta, despejada,
madre
de corazones y de brazos,
toma
el presente en ti viejos colores
del
noble antaño.
Con
la pradera cóncava del cielo
lindan
en torno tus desnudos campos,
tiene
en ti cuna el sol y en ti sepulcro
y
en ti santuario.
Es
todo cima tu extensión redonda
y
en ti me siento al cielo levantado,
aire
de cumbre es el que se respira
aquí,
en tus páramos.
¡Ara
gigante, tierra castellana,
a
ese tu aire soltaré mis cantos,
si
te son dignos bajarán al mundo
desde
lo alto!
Miguel
de Unamuno
Imagen:https://www.google.com
Son
numerosos los autores a quienes Castilla ha inspirado.
Unamuno
la concibe como un inmenso altar, una llanura interminable que se pierde en el
horizonte del cielo y donde el sol se complace en nacer y morir. En esta meseta
adusta, enjuta y madre se siente el poeta levantado hacia el cielo con deseos
de espiritualizarse.
Utiliza
una especie de estrofa de pie quebrado de cuatro versos, con rima asonante en
los pares. Los tres primeros versos son endecasílabos y pentasílabo el cuarto.
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