sábado, 5 de abril de 2025

La oración del ateo

Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,

y en tu nada recoge estas mis quejas,

Tú que a los pobres hombres nunca dejas

sin consuelo de engaño. No resistes


a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.

Cuando Tú de mi mente más te alejas,

más recuerdo las plácidas consejas

con que mi alma endulzóme noches tristes.

 

¡Qué grade eres, mi Dios! Eres tan grande

que no eres sino Idea; es muy angosta

la realidad por mucho que se espande

 

para abarcarte. Sufro yo a tu costa

Dios no existe, pues si Tú existieras,

existiría yo también de veras.

Unamuno

Imagen:https://www.blogger.com/