Ojos tranquilos
Los muchachos regresan
de la guerra,
con ojos tranquilos
para cosas tranquilas:
un niño, una estrella,
un cordero y su esquila,
un pájaro volcando
su canto en la tierra.
Hondos rostros
jóvenes, profundamente marcados,
rasgan el suave
satén de la memoria;
y aún oculta, fuera
de la historia,
continúa ocultando
el dolor de los condenados.
Como la
pesadilla que muere con el sueño,
la pena y un horror
intolerable descansan
en los ojos jóvenes
que recuerdan y guardan
su inocencia, una
plegaria sin dueño.
Los ojos mundanos
son polvorientos y débiles,
los ojos del pecado
están cansados y fríos,
el joven soldado
regresa a casa vacío
con la mirada perdida
de los ancianos.
La guerra barre
del rostro su inocencia.
¡No hay cura
para las heridas invisibles!
Y el alma atisba
desde su refugio lo posible:
ilesa, inmaculada, indemne.
Katharine Tynan
Imagen:https://www.blogger.com/
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