lunes, 1 de junio de 2020


La providencia

Dime, Padre común, pues eres justo,
¿por qué ha de permitir tu providencia
que, arrastrando prisiones la inocencia,
suba la fraude a tribunal augusto?

¿Quién da fuerzas al brazo que robusto
hace a tus leyes firme resistencia,
y que el celo, que más la reverencia,
gima a los pies del vencedor injusto?

Vemos que vibran victoriosas palmas
manos inicuas, la virtud gimiendo
de triunfo en el injusto regocijo.

Esto decía yo, cuando riendo
celestial ninfa apareció, y me dijo:
“¡Ciego! ¿es la tierra el centro de las almas?”

Bartolomé Leonardo de Argensola

Bartolomé Juan Leonardo de Argensola, poeta, Barbastro, 1562-1631

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