jueves, 19 de septiembre de 2019



A Margarita Debayle

Margarita, está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.
Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un quiosco de malaquita,
un gran manto de tisú
y una gentil princesita
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.
Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer,
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así
Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá,
mas lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.
Cuando estuvo ya devuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: -“Qué te he hecho?
Te he buscado y no te halle;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?”.
La princesa no mentía,
y así dijo la verdad:
-“Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad”
- Y el rey clama: -“¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar”.
Y ella dice: -“No hubo intento,
yo me fui no sé por qué.
Por las olas, por el viento
fui a la estrella y la corté”.
Y el papá dice enojado:
-“Un castigo has de tener,
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver”.
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el buen Jesús.
Y así dice: “En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí”.
Viste el rey pompas brillantes
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar,
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento. 

Rubén Darío

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