jueves, 6 de marzo de 2025

Amor

Lo soñé impetuoso, formidable y ardiente;

hablaba el impreciso lenguaje del torrente;

era un amor desbordado de locura y de fuego,

rodando por la vida como en eterno riego.

 

Luego soñelo tiste, como un gran sol poniente

que dobla ante la noche su cabeza de fuego:

después rió, y en su boca tan tierna como un ruego,

sonaba sus cristales el alma de la fuente.

 

Y hoy sueño que es vibrante y suave, y riente y triste,

que todas las tinieblas y todo el iris viste,

que frágil como un ídolo y eterno como un Dios.

 

Sobre la vida toda su majestad levanta:

y el beso cae ardiendo a perfumar su planta

en una flor de fuego deshojada por dos…

Delmira Agustini

Imagen:https://www.blogger.com/

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