La extraña visita
Por la noche la Muerte las alcobas
visita
donde dormimos nuestros apetitos
bestiales
y, buen vendimiador, los frutos
escogita
de sus vendimias eternales.
Una vez a mi lado llegó calladamente
y, cual si fuera un miembro próximo de
la familia,
me acarició las manos y me beó la
frente:
y yo compredí todo…
Y desde esa vigilia,
ella marcha conmigo
y se acuesta en mi lecho
y su mirar oscuro toda mi vida abarca…
¿No ves, por mi actitud, que estoy como
en acecho
del rumor con que boga su misteriosa barca?
Medardo Ángel Silva
Imagen:https://www.blogger.com/
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