martes, 24 de diciembre de 2024

Al norte de la sangre – XI

Yo que en la vida sólo he conocido

la rosa de presencia fugitiva;

yo que busqué la eterna siempreviva

del amor y su fuego defendido.


Yo que en el cauce de lo ya vivido

puse a gemir mi carne pensativa;

yo que  ignoro la causa primitiva

de mi vivir y mi nacimiento olvido,

 

alabo el soplo de la primavera,

la incierta lumbre que en secreto admira

el despojado corazón que espera.


Alabo mi vivir humilde y denso,

mi corazón de tintes indefensos,

que es más oscuro cuanto más se mira.

Ana Enriqueta Terán

Imagen:https://www.blogger.com/b

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